¿¿24 de junio SAN JUAN?? El Uiñoil chripantu/ We tripantu fue prohibido y cayó en el sincretismo, ocultismo y la marginación durante varias décadas, es por eso que hoy nuestros mayores ancianos, abuelos y padres, quienes fueron los más castigados por la brutal evangelización llaman “San Juan” al nuevo comienzo de ciclo anual del hemisferio sur y está presente en el calendario occidental como el día 24 de junio, dejando fuera el solsticio de invierno, original comienzo del año y todas sus señales, actos y ceremonias que ocurren al momento de su llegada. Los salesianos, diocesanos, y sacerdotes bávaros que actuaron en colaboración y connivencia con los militares argentinos y chilenos para llevar adelante el genocidio hacia el pueblo mapuche y su posterior evangelización, fueron los responsables principales de la imposición de ésta fiesta cristiana. Aplicaron las festividades de San Juan para eliminar las conmemoraciones y ceremonias que realizo siempre nuestro pueblo, ceremonias que ellos consideraban, profanas, salvajes, barbarás y paganas. Pero no es esta la página más cruel de la fiesta de San Juan, ya que los pueblos originarios europeos también sufrieron el mismo trato, a medida que iba avanzando el cristianismo por toda Europa de la mano del ya evangelizado imperio romano, es así que el cristianismo se nutrió de elementos, como el fuego sagrado de estos pueblos para relacionarlo con San Juan, demonizo a sus dioses, substrajo las procesiones originales y demás ritos de estos pueblos, ya desbastados por la evangelización, en nuestro caso confundiendo perversamente los baños de renovación física espiritual mapuche de las primeras aguas del año con el bautismo de Jesucristo por san juan. Cuando escuchamos que nuestros mayores dicen: el 24 de junio es “San Juan” , debemos comprender la historia de prohibición y proscripción que sufrieron nuestros mayores y de a poco recordar y recuperar la esencia de éste comienzo, que se ha mantenido y conservado bajo la sombra y represión, de una “civilización” etnocidad y de su religión intolerante e incapaz de comprender otras expresiones espirituales y visiones del mundo. Este ciclo natural no se detiene a pesar de todo, porque no depende del ser humano, sino de todas las energías y elementos que rigen el universo que nos abriga y nos da vida a todos, el sol también vuelve para todos, sin importar raza o fe. Hoy volvemos a nuestra saber ancestral, el que nos dejaron nuestros ancestros, siempre vence el ciclo natural de todas las cosas. Nuestra cultura es la conexión con la naturaleza y sus energías ancestrales y preexistentes. Lemunao Nestor Fabian -puel mapu-